PUERTO 25, LOS MANGLARES DE TUMBES
Retomando mi diario vamos a realizar un viaje en el tiempo hasta finales de octubre del 2013, cuando cruzamos la frontera de Perú por aguas verdes y entramos a Huaquillas, Ecuador.
Aguas verdes pertenece al parque nacional de los Manglares de Tumbes, un ecosistema tropical donde el agua dulce y salada se une, creando condiciones muy concretas para la proliferación de cuatro especies de árboles que "caminan"! Tiene enormes raíces, imaginaros que cuando la marea baja, ellos siguen estando en pie, siendo una trampa para aquellos peces despistados que se quedan enganchados y la oportunidad para los pescadores de capturar fácilmente un manjar. Este ecosistema, da cobijo a una fauna tan diversas como el cocodrilo americano, la jaiba del manglar y la muy preciada concha negra. Estos dos últimos recursos y el famoso cocinero Gastón Acurio, han ayudado a que se empiece a conservar esta maravilla de la naturaleza, ya que hasta el momento, los manglares estaban siendo devastados para crear espacios para las langostineras.
Esto, me ha sorprendido enormemente y puedo decir que hemos visto con nuestros propios ojos enormes extensiones devastadas, donde ahora te encuentras grandes piscinas de cultivo de este marisco y que gran parte de lo extraído, es para abastecer el mercado español.
Volviendo a temas más agradables, en aquel octubre, decidimos antes de despedirnos de Perú, conocer el manglar por primera vez en nuestra vida, y siguiendo el consejo de una buena amiga, nos dirigimos a Puerto 25 (Zarumilla-Tumbes) y con el tiempo, nos dimos cuenta que fue una gran decisión.
Como se habrán dado cuenta, se puede viajar de dos maneras claramente diferenciadas, como turista y como viajero, cuando nos referimos a la primera, se tratan de viajes normalmente cortos, organizados, donde tu dinero no repercutirá en la economía de la zona, pero te garantizan además de seguridad y confort que no tendrás contacto en absoluto con la realidad del lugar que vas a visitar. Sin embargo, como ya habréis entendido, ser viajero implica una serie de riesgos y beneficios que nadie te garantiza, pero lo que es seguro, es que recibirás una dosis de realidad que te hará crecer como persona. Sin querer aburriros más con esta teoría, contaros que si queréis conocer el parque natural como turista, solo hace falta acercarse a Tumbes, capital del departamento con el mismo nombre, ciudad, para mi opinión, donde no se debería pasar demasiado tiempo, y rápidamente os organizan un viaje a Puerto Pizarro, en donde con un poco de suerte, podréis hacer hermosas fotografías de animales.
Sin embargo, Puerto 25, es todo lo contrario. Allí os encontrareis un puesto del Sernanp, donde vive el guardaparque y una pequeña construcción tradicional donde la cooperativa de pescadores que trabaja en el lugar, hace sus reuniones y desembarcan el pescado y el marisco.
Pocos planes de explotación sostenible de recursos funciona tan bien como en este lugar. Los pescadores tienen sus cuotas de lo que pueden extraer (allí está el guardaparque siempre pesando lo que traen) y además, el que lo desee, puede pasear a los visitantes por el manglar. El precio ya lo tienen definido y un porcentaje de lo recaudan es para solventar los gastos que puedan tener en la cooperativa.
Nuestra experiencia fue formidable, Antonio nos llevó a pescar, compartió con nosotros algo de sus experiencias, estuvimos observando diferentes especies de garzas y finalmente, compramos algo de pescado que cocinamos en casa de Juan, el guardaparque, y compartimos los cuatro ( o cinco contando a Bob) una maravillosa comida.
Como comentaba, allí por la noche solo se queda Juan, por lo que podréis imaginaros la paz con la que dormimos!
Al día siguiente, cruzamos a Ecuador y eso ya es otra historia...
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