En el mismo día que
cruzamos a Ecuador ya nos dimos cuenta que se trataba de un país muy distinto a
Perú. Por supuesto puedes encontrar similitudes; pero llama la atención como
siendo vecinos, tanto los paisajes, como el clima, la gastronomía y hasta el carácter
de la gente es radicalmente diferente.
Analizar las
particularidades de la personalidad de un pueblo es un tema que me atrae
profundamente. Considero que cada persona es totalmente única, ya que nuestro
carácter se forma gracias a un cúmulo de circunstancias que son irrepetibles;
sin embargo, una de estas coyunturas que ayuda a crear nuestra personalidad,
está definida por las decisiones políticas y por el papel que nuestra comunidad
y país ha jugado en la historia; por lo que, lo que nuestros antepasados han
vivido lo llevamos en nuestro ser y dejará marca en nuestra descendencia. Con
todo esto intento explicar, que cada país ha vivido una historia muy diferente
y el carácter de su gente así lo refleja.
La primera noche en
Ecuador, decidimos pasarla en Arenillas y fue allí, donde me di cuenta que
habíamos cruzado la frontera y que una nueva etapa de nuestro viaje estaba
comenzando.
Como siempre
hacíamos, buscamos a alguien con el que poder tener una bonita charla y
averiguar en qué lugar sería recomendable que pudiéramos aparcar nuestra casa y
pasar la noche. Tuvimos la suerte de conocer a Manuel y su madre (una
mujer de unos cincuenta años), personas muy intrigadas con nuestro viaje y con muchas ganas de compartir un
poco de su tiempo con nosotros, contándonos su opinión acerca de lo que nos
íbamos a encontrar en este país desconocido para nosotros. Y de repente, PUM!
Sacaron el tema política. Para nosotros eso fue algo muy chocante, podrá
pareceros carente de importancia, pero veníamos de vivir más de un año en Perú,
y creedme, este tipo de cosas no es algo que quieran compartir con cualquier
desconocido y menos fuera de la capital.
Conversamos de las
nuevas expectativas laborales en el Ecuador, de todos los emigrados que estaban
retornando, de cómo les había influido la dolarización del país…
Esa noche terminamos
durmiendo al lado de la policía! Aunque para algunos pueda sonar raro, es uno
de los lugares que más frecuentamos en nuestro viaje. Suele ser gente muy
amable y con baño a tu disposición!Sin olvidar que cuentan cosas muy
interesantes!
A la mañana
siguiente, me tomé mi primera ducha en Ecuador y continuamos el viaje con
rumbo a Loja. Sin embargo, haciendo caso de las recomendaciones de Manuel,
tomamos una ruta poco usual y menos directa, pasando por Piñas, Zaruma y
Portovelo.
Concretamente
Portovelo es un lugar tan peculiar que me apetece dedicarle toda una entrada!
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